De tenerlo todo bajo control, a pedir la hora. El Girona es capaz de todo, pero ha aprendido a sufrir y desde hace unas semanas que ha decidido que vale más la pena coleccionar buenos resultados que no dejarse puntos por el camino. Pese a las bajas, vuelve a ganar, alargando así su buena inercia, algo que le coloca a tres puntos del playoff.
Un gol cómico del portero Ayesa en propia y un testarazo de Bernardo a la salida de un córner parecía que dejaban el partido visto para sentencia, pero la irrupción del VAR, decretando como penalti una acción más que dudosa, puso a la Real Sociedad B, hasta entonces tímida, dentro del partido. Suficiente para multiplicar los nervios.
En el 20, la jugada surrealista de la jornada. Saque de esquina de Aleix Garcia y Ayesa, en el intento por despejar, que enviaba el balón en su propia portería. Era el 0-1 y hasta el segundo tiempo, de las pocas aproximaciones en un duelo aburrido, soso y lento. Mucha posesión y nada más.
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Le quiso dar una marcha más el Girona tras el descanso y anotó el segundo mediante Bernardo, de cabeza. Todo bajo control, o eso parecía, hasta que el árbitro, con la ayuda del VAR, decidió que Aleix había cometido penalti sobre Lobete. Dudoso lo es poco. Roberto López engañó a Juan Carlos y comenzó otro partido. Con final feliz, eso sí.