El Girona prosigue con su escalada y anoche se repuso de la derrota en Eibar ante el Leganés. El equipo que un par de meses atrás no levantaba cabeza y se hundía en los puestos del descenso ya es octavo, y sigue a sólo tres puntos del “play-off”.
Después de una primera media hora sin ocasiones, el partido se animó, y de qué manera, en el último cuarto del primer tiempo. Primero con el 1-0 del Girona, gracias a que Jose Arnaiz desvió un chute de Samu Sáiz desde fuera del área. Y luego, con dos jugadas muy protestadas por el Leganés,: un gol anulado a Arnaiz por un claro fuera de juego y un penalti sobre Lazar que ni el árbitro ni el VAR señalaron.
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El Girona respiró, antesala del 2-0 de Stuani en la última jugada antes del descanso, tras una gran asistencia de Baena, que ponía muy de cara las cosas para los de Míchel. En el segundo tiempo el Leganés salió en busca del gol y arrinconó por momentos a los locales, que a pesar de todo generaban contraataques peligrosos. Baena, por ejemplo, puso el 3-0 pero el VAR acabó anulando el gol por fuera de juego. Si que subió al marcador el segundo de la noche de Stuani a un cuarto de hora del final para poner la guinda al partido en un Montilivi que terminó haciendo la ola.