Mejor un punto que nada. El Girona no pasó del empate ayer en Can Misses (1-1), donde topó con un Ibiza que hizo méritos para no quedarse de vacío.
Les faltó lucidez a los de Míchel, sufriendo la presión del conjunto celeste des del inicio. Después de que Cifuentes perdonara y Juan Carlos salvara un disparo de Castel con una gran intervención, los rojiblancos se adelantaron en el marcador gracias a un gol de penalti de Stuani. El charrúa volvió a ser infalible para aprovechar la acción causada sobre Samu Saiz en el área.
A partir de aquí, intentó reaccionar el Girona aunque no lo suficiente. Y el Ibiza siguió sometiéndole sin dejarle tocar balón alguno. Tras numerosos avisos, Goldar encontró el empate. Fue entonces cuando los gerundenses intentaron espabilar en un final de partido con opciones para ambos.
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La entrada de Kébé en el terreno de juego dio más salida y la de Valery también fue necesaria para dar un paso más. Pero el Girona no pudo hacer nada más.