Montilivi se prepara para el inicio de esta temporada. A diferencia de la tónica que siguió el club después del no-ascenso contra el Rayo el pasado 20 de junio abriendo un periodo de reflexión marcado por el silencio administrativo desde los despachos, en el estadio se empezó a trabajar enseguida pensando en la puesta a punto para el curso 2021-22.
Los trabajos han consistido en hacer una regeneración total del césped, teniendo en cuenta que la anterior pretemporada fue extremadamente corta por culpa de la pandemia y que, por lo tanto, no hubo suficiente tiempo para llevar a cabo el tratamiento pertinente. Sí que se cambió durante el confinamiento del pasado abril de 2020, aprovechando el parón de la Liga.
El sistema de césped de Montilivi es híbrido y combina el natural con el artificial, por lo cual hay que esperar a que el césped natural replantado vuelva a crecer hasta llegar en óptimas condiciones. A día de hoy ya se puede ver como la alfombra verde reluce en medio del estadio, pero todavía se necesita un tiempo para que el campo esté al cien por cien.
Hoy por hoy, los pronósticos para la puesta a punto de Montilivi están enfocados en el primer partido de Liga contra el Amorebieta que se disputará el próximo sábado 14 de agosto (19.30 h). Será precisamente el día que el estadio cumpla 51 años -se inauguró el 14 de agosto de 1970 con un Girona-Barça (1-3).
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En ese sentido, peligra el Trofeo Costa Brava que ya no se celebró el pasado verano por culpa de la Covid-19. El cambio de césped hace que sea difícil, pero no imposible. El Girona todavía tiene esperanza y esperará hasta última hora para saber si lo puede organizar o no.