Dicen que como en casa, en ningún sitio. Pero al Girona, como no podía ser de otra forma, le gusta llevar la contraria. Es un auténtico especialista en las promociones de ascenso, y se desenvuelve mejor a domicilio que en Montilivi. El contexto le puede ser favorable en el último capítulo de la temporada, donde necesita imponerse al Tenerife en su estadio para subir a Primera.
Desde el año 2013, cuando debutó en un playoff tal y como lo conocemos ahora, hasta el día de hoy, el Girona ha jugado diez partidos fuera en este tipo de eliminatorias. El balance es positivo, cosechando más victorias que derrotas. Se impuso en Zaragoza (0-3), Almería (1-2), Vallecas (1-2) y Eibar (0-2). Tropezó en Almería (3-0), Córdoba (2-1) y Pamplona (2-1). Completan el balance tres empates: 1-1 en Alcorcón, 0-0 contra el Elche e idéntico resultado en Almería. Se cuentan hasta una docena de goles a favor, mientras que son diez los que se han encajado. Incluso esta estadística es positiva.
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En Montilivi, la cosa cambia. Jugando en casa, los marcadores no son tan favorables. Hasta seis veces el equipo perdió en su estadio en el play-off. Contra Almería (0-1), Zaragoza (1-4), Osasuna (0-1), Elche (0-1), Rayo (0-2) y Eibar (0-1). No todo fueron malas noticias, porque también ganó a Alcorcón (3-1), Córdoba (3-1) y Almería (1-0 y 3-0). Se le añade el empate ante el Tenerife el pasado fin de semana (0-0).