Trabajada y valiosa victoria la que ha logrado el Girona ante el Athletic. Un doblete de Stuani permitió a los suyos superar la barrera de los 30 puntos, alejarse todavía más del descenso y mirar al futuro con tranquilidad y optimismo.
De la mejor manera posible empezaba el duelo para los intereses del equipo de casa, que se encontraba con un inocente penalti cometido por el debutante Andoni López sobre Maffeo.
Habían pasado solo seis minutos cuando Stuani superaba a Herrerín desde los once metros. Gol, 1-0 y la undécima diana del uruguayo. Le costó un mundo rehacerse al Athletic, que despertó justo antes del descanso.
Hasta entonces, muchas imprecisiones en la salida del balón, y una sola ocasión con cierto peligro. La que se inventó Iñaki Williams, cerca del cuarto de hora, con un remate colocado que se perdía por encima del larguero.
Más y mejor estaban los de casa. Sin hacer su mejor fútbol, les bastaba con el orden en defensa, la presión y la intensidad. Suficiente para robar balones y buscar el contragolpe.
En uno de ellos, en el 25, Portu se empachó de balón cuando tenía a más de un compañero desmarcado. Mucho más clara fue la oportunidad de Maffeo más allá de la media hora.
Justo cuando el rival comenzaba a estirarse, el carrilero se inventó un zapatazo que impactó con el palo derecho de la meta defendida por Herrerín.
Despertó entonces el Athletic, muy espeso hasta entonces. Williams, en el 42, tiró demasiado cruzado. Y un minuto y medio después, Íñigo Martínez mandaba el balón al palo con un remate acrobático tras un córner.
Con la quinta amarilla de Maffeo y una indecisión de Bounou empezaba el segundo acto, que ofreció a un Athletic que quiso pero no pudo, y que desapareció cuando el Girona volvió a apretar el accelerador.
Stuani mandó un testarazo al larguero en el 54 y Ramalho no acertaba el rechace. Hasta que unos minutos más tarde, la conexión Portu-Stuani funcionaba a las mil maravillas. Centro del murciano y gol del 'pichichi'. Granell, con un chut de falta que desviaba Herrerín, tenía el tercero en sus botas, aunque el marcador ya no se movió.
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