Segunda derrota seguida del Girona, frágil en el centro del campo y en defensa, pero con buenos argumentos ofensivos pese a la falta de gol. Empezó loco el partido, con el Sporting embotellando al equipo catalán en su campo. En esos compases iniciales el duelo no tenía dueño porqué el Girona, pese a hacerse con el balón, sufría cada vez que el Sporting robaba y contraatacaba.
Antes del cuarto de hora eran los asturianos los que perdonaban, pero el Sporting hincó el diente a continuación, en la segunda que dispuso. Gaspar fusiló después de una asistencia de Villalba. Para colmo, a la media hora Juncà se retiraba por lesión. Antes del descanso intento de reacción local: Bustos exigió a Mariño un una de las pocas acciones de peligro que generó el Girona desde el gol, y Ureña, muy activo, lideró una contra que Calavera no supo culminar. Con energía renovada salió el Girona tras el descanso, dominante, controlando el balón, y buscando la portería de Mariño a pies juntillas.
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Algo había cambiado, pero no lo suficiente. Y así golpeó de nuevo el Sporting. Falta lateral que Valiente remata impunemente para situar el 0-2. Con media hora por delante, el Girona lo intentó y lo intentó (con un Ureña hiperactivo) pero fue un quiero y no puedo para un equipo al que le cuesta horrores encontrar el gol. Apareció a cinco minutos del final el debutante Pol Lozano para poner emoción a los últimos minutos con un golazo por la escuadra des de fuera del área. Ya era, de todas formas, demasiado tarde para, al menos, salvar un punto antes del final.