El trabajo bien hecho no tiene fronteras. Y menos cuando se empieza desde los cimientos. Hace años que el Girona apuesta por su academia. Los resultados del fútbol base iban saliendo a poco a poco con jugadores como Pedro Porro o Valery Fernández, por poner unos cuántos ejemplos, pero desde hace un par de temporadas se han acelerado.
Francisco Rodríguez fue pionero en dar la oportunidad a los jóvenes del filial con Ibrahima Kébé, Ramon Terrats y Arnau Martínez asentados en el primer equipo y ahora Míchel Sánchez le recoge el testigo. El técnico ya ha hecho debutar a dos, Óscar Ureña y Gabri Martínez, en los dos primeros partidos de Liga. Lo que significa que “el trabajo de muchísima gente del fútbol formativo y de los jugadores es creciente y por fin se cosecha”, según destaca el director de la Academia del Girona, Albert Siria.
Si Ureña se estrenaba de titular en la victoria contra la Amorebieta (2-0), Gabri lo hizo en el empate con Las Palmas (0-0). Además, los dos fueron en Montilivi junto a la afición. “Mostró el Gabri que es. Un jugador muy eléctrico y dinámico con muchísima movilidad y verticalidad. Quizás no tiene la habilidad entre líneas de Ureña, pero ofrece profundidad y peligro constantes y también zona 3”, explica sobre el extremo de 18 años.
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Gabri llegó el verano de 2019 procedente de la Damm, “hacía un par de años que lo seguíamos”, para incorporarse al cadete A. Luego pasó por el juvenil B de Liga Nacional y por el A de División de Honor, hasta dar el salto en el Girona B. De momento está en dinámica de primer equipo. También lo acompañan Ureña, Loïc Williams y Ricard Artero.