Doble detalle de Míchel en París

El Girona se plantó en el Parque de los Príncipes con ambición, con ganas de hacer algo grande en su debut en la Champions League. Claro está que no lo tendría nada fácil, pues a un París Saint-Germain que juega a un gran fútbol y que estaba en un excelso estado de forma.

A los de Míchel les hubiera encantado tener mayor control del balón. El balón forma parte de su identidad, de su manera de hacer las cosas. Trataron de aprovechar, pues, los 'ratitos' que lo tuvieron en su posesión, y se defendieron con uñas y dientes cuando el París Saint-Germain llegaba con peligro a su área.

Durante el tramo final de la primera mitad y el inicio de la segunda, el Girona puso un par de marchas más, movió el balón con muchísimo criterio, asumiendo todo tipo de riesgos y teniendo un par de ocasiones, aunque no lo suficientemente claras. El equipo se marcó un ejercicio de resistencia pura y dura y se quedó a las puertas de sacar un punto de París.

MALA FORTUNA PARA GAZZANIGA

Paulo Gazzaniga cometió un error que castigó al Girona y desató la euforia en el Parque de los Príncipes. Estaba claro que el PSG se merecía ganar, pudo haber marcado antes. No se trataba del qué, sino del cómo. El guardameta estaba imperial, manteniendo a su equipo a flote con intervenciones de mérito.

El fútbol es así de injusto. Su actuación bajo palos estaba siendo memorable, pero erró en la acción más 'tonta' del partido. Nuno Mendes puso un centro raso, tocó en Francés, cambió algo la trayectoria del balón y a Gazzaniga le pasó por debajo de las piernas. Minuto 90' y era ya casi casi definitivo.

Se le vio cabizbajo y algo abatido tras el pitido final. Sus compañeros se acercaron a él en el céspéd camino al túnel de vestuarios para darle ánimos y quitarle hierro al asunto. No había consuelo posible para un Gazzaniga que estaría recordando una y otra vez esa acción, clave en el partido.

PROTECTOR CON PAULO

¿O sí que lo había? Míchel compareció en rueda de prensa y se le veía tranquilo. Triste por la derrota pero orgulloso de todos y cada uno de sus futbolistas. Fue preguntado por ese error, que cambió el devenir del encuentro, y no dudó ni un segundo en defender al argentino: "Ese error es mío", dijo sin tapujos. "Los errores son perdonables, la actitud colectiva y la humildad no", añadió.

El guardameta mantuvo vivo al Girona. Estuvo muy seguro bajo palos, preciso con los pies y protagonizando estiradas de mérito. Realizó cinco paradas - incluida una a abocajarro a una volea Achraf -. De hecho, recibió 26 tiros - cinco de ellos a puerta -. Estaba siendo el héroe del Girona en París y Míchel quiso dejar claro que su confianza en él es total.

Y CARIÑOSO CON JUAN CARLOS

Antes, eso sí, habló de Juan Carlos, historia viva del Girona como Stuani o Portu. Y un profesional de la cabeza a los pies. Asumió sin problemas un rol secundario tras la llega de Paulo y era consciente de que, esta temporada, con el fichaje de Pau López apenas contaría con minutos

De hecho, fue uno de los dos descartes del club para la Champions League, por cuestiones de normativa, y a Míchel le supo muy mal. "Le pedí perdón en su momento", afirmaba sobre un Juan Carlos que renovó por un año más, hasta 2025. No fue una decisión fácil para él, que quiso acordarse en la sala de prensa del PSG de "las paradas que hace en Eibar y Burgos, y que nos llevaron hasta aquí".

Su compromiso y amor por el club es tan grande que, incluso, pidió calentar a los porteros. "Un detalle que le honra", asentió un Míchel que tuvo dos detalles de entrenador 'top' y mejor persona, con Paulo Gazzaniga y Juan Carlos, dos de sus 'guardianes'.