Los aficionados del Girona acabaron muy decepcionados el miércoles después de ver como el equipo ofrecía una pobre imagen en Lugo y se volvía a casa con tres goles en contra y una expulsión. Un 3-0 doloroso, sí, pero que también sirvió para frenar de golpe la progresión de un Girona que parecía despegar y empezaba a animar.
¿Y ahora qué? Se preguntarán los seguidores blanquirrojos mientras observan la botella. ¿Está medio llena o medio vacía? ¿Hay que preocuparse después de encajar tres derrotas y marcar solo dos goles en cinco partidos o bien hay que ser optimistas viendo la versión que el equipo ofreció contra el Leganés y el Oviedo?
Antecedentes
Echando un vistazo rápido al pasado uno se da cuenta de algunos detalles importantes. La temporada pasada, con Unzué, los gerundenses firmaron unos números ligeramente mejores que los de este año: 7 puntos en dos victorias contra Málaga y Rayo y un empate con el Sporting.
Otro dato a tener en cuenta es que los 6 puntos sumados de 15 posibles por los de Francisco no son la peor cifra del Girona en los inicios ligueros en Segunda. De hecho, en la última década encontramos dos peores con 5.
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Eso sí, la magia del fútbol hace que uno de los peores arranques de competición realizados en la categoría de plata a lo largo de los últimos años sea el de la temporada 2016/17. Sí, el curso del ascenso a Primera.