Dimitri Konyshev, director deportivo de Katusha vio como su jefe de filas, Ilnur Zakarin, saltaba por un barranco en el peligroso descenso del Agnello, un puerto de categoría especial. El accidente fue tan espectacular y el impacto tan fuerte que en un principio temieron lo peor.
Zakarin estaba en plena persecución y fue en una curva, mojada por el deshielo de la nieve, donde se salió de la calzada: "la caída fue muy dura, voló de 20 a 30 metros. Al principio los médicos no quisieron moverlo, pero estaba consciente y podía hablar".
Konyshev lamentó el contratiempo porque Zakarin iba quinto en la clasificación general, "estaba en perfectas condiciones físicas y la carrera se había puesto muy interesante, pero lo primero es la salud".
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Los médicos del Giro le colocaron un collarín y una ferula inmovilizadora del hombro y fue evacuado a un centro hospitalario de Briançon donde le confirmaron fracturas de omoplato y clavícula derecha