Kiko Matamoros reveló hace un par de años que padecía una enfermedad ocular que, con el tiempo, derivaría en la ceguera. De momento, su visión ha disminuido en un gran porcentaje, pero ahora quien le preocupa es su hija Laura, quien tras acudir al oftalmólogo tiempo atrás le diagnosticaron la misma dolencia que a su padre: fue en diciembre de 2019 cuando decidió ir al médico: "me daban muchas vibraciones, no en el párpado, sino en el ojo, y en los aviones tenía mucha presión y pinchazos muy profundos".
En estas declaraciones pronunciadas a través de sus redes sociales, cuenta que tras en cuanto el oftalmólogo le vio le derivaron "corriendo para hacerme un TAC y otras pruebas. Fue el peor día de mi vida (...). Había que descartar que no fuese un tumor en la cabeza, y tras descartarlo, hacer lo mismo con la esclerosis múltiple. Me sobrepasó un poco pensar que podía tener una enfermedad. A raíz de todo esto me diagnosticaron que tengo un glaucoma de tensión baja, y normalmente son de tensión alta".
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La joven influencer también asegura que tiene el nervio óptico dañado, "lo cual veo muy poquito, y de la mitad del ojo para abajo apenas tengo visión". Ese glaucoma de tensión baja es lo mismo que padece su padre, que tras tener un 45% de visión en el ojo derecho, a día de hoy ya no tiene nada. Por suerte, en el ojo izquierdo, de momento, ve lo suficientemente bien.