"Imperturbable, impasible, con el rostro inmóvil, salvo cuando está marcado por el esfuerzo, Stanley Matthews no ríe, pero hace reír al estadio entero. Es, a su forma, un ‘clown’ genial, el Charlie Chaplin del fútbol".
Con esas palabras, salidas de la pluma del periodista Gabriel Hanot, confirmaba la revista ‘France Football’ que el Balón de Oro era para el británico Stanley Matthews, de 41 años.
Corría el 18 de diciembre de 1956, una fecha para la historia, en la que se concedió el primer Balón de Oro, un premio nacido ese mismo año al calor de la Copa de Europa, que también se había estrenado en esa misma temporada, 1955-56, y que distinguía al mejor futbolista de Europa a criterio de los corresponsales de la publicación francesa.
Curiosamente, el primer Balón de Oro, concedido en un año en el que no se había disputado el Mundial, no lo ganó un futbolista del equipo campeón de Europa –el Real Madrid-, sino del Blackpool, el equipo en el que jugó Matthews entre 1947 y 1961.
La importancia de un amistoso
Matthews recogió la mayoría de sus votos en un partido amistoso entre Inglaterra y Brasil disputado en Wembley en mayo de 1956. Brasil ya empezaba a forjar el equipo que sería campeón del mundo dos años después, pero Matthews fue el héroe de aquel partido. No marcó, pero participó en los cuatro goles de su selección. Inglaterra ganó 4-2.
Di Stefano fue segundo
La votación del primer Balón de Oro de la historia estuvo ajustada: primero fue Matthews, con 47 votos, seguido por Di Stefano, con 44, Raymond Kopa (33 votos) y Puskas (32).
Recibió el premio en el ayuntamiento de Stoke-on-Trent el 2 de febrero de 1957, en una discreta ceremonia. ‘Primer futbolista de Europa’, rezaba la inscripción de la peana sobre la que descansaba el Balón de Oro (mucho más pequeño que en la actualidad, por cierto). En un reportaje publicado recientemente en ‘La Vanguardia’, el periodista Xavier G. Luque desvelaba que Matthews acabaría perdiendo el Balón de Oro en una mudanza.
Precoz y longevo
Nacido el 1 de febrero de 1915 en Hanley, un barrio de la ciudad de Stoke-on-Trent, Matthews fue un futbolista precoz y alejado de los cánones del fútbol inglés. Extremo hábil, rápido y gran centrador, se le llamó ‘the wizard of the dribbling’, ‘el mago del regate’ por su facilidad para driblar y sortear adversarios.
A los 17 años se estrenó como futbolista profesional en el Stoke –entonces en Segunda- y dos años más tarde debutó oficialmente con la selección inglesa.
Los dos únicos equipos de su carrera como jugador fueron el Stoke y el Blackpool: en el equipo de su ciudad jugó hasta los 32 años, cuando el Blackpool pagó 11.500 libras por su traspaso, una cifra récord, en 1947.
La final de Matthews
Con el Blackpool jugaría uno de sus partidos más memorables, la final de la FA Cup de 1953. El Blackpool perdía 1-3 ante el Bolton en la segunda parte, pero la frenética actividad de Matthews por la banda derecha permitió a su equipo marcar tres goles y ganar el trofeo, el único que ganó en toda su carrera.
Fue uno de los primeros partidos de fútbol que se retransmitió por televisión en Inglaterra, lo que ayudó a aumentar su popularidad. Esa final acabaría siendo bautizada como ‘la final de Matthews’.
Matthews dedicó esa FA Cup a la memoria de su padre, fallecido unos años antes y que le había educado en la disciplina deportiva.
Al padre de Matthews ni siquiera le gustaba el fútbol –era aficionado al boxeo- pero le había enseñado la importancia de la preparación física y de la alimentación: le aconsejó comer a diario un huevo, leche, polvo de glucosa y zumo de zanahoria y entrenarse con unas botas con peso añadido para jugar con otras de piel de becerro mucho más ligeras. También le dijo: “juega al fútbol si quieres, pero si a los quince años no estás en la selección juvenil inglesa, tendrás que dejarlo”.
Ya con 46 años, Stanley Matthews regresó al Stoke City: lo subió a Primera y en 1963 fue elegido futbolista de año en Inglaterra. Tenía 48 años.
'Sir' Matthews
El 1 de enero de 1965, aún en activo, fue nombrado caballero del imperio británico por la reina Isabel II y se convirtió en ‘sir’. Es el único futbolista que ha obtenido el título de ‘sir’ en activo.
Se retiró el 8 de febrero de 1965, a los 51 años, en un Stoke-Fulham (3-1) ante 25.000 personas que no quisieron perderse su último partido. Otras 40.000 personas se quedaron fuera del estadio. "Quizá mi retirada ha sido un poco prematura", bromeaba.
Tres meses más tarde, el 28 de abril, recibió un partido de homenaje en el Victoria Ground de Stoke en el que participaron los mejores futbolistas de la época. Matthews salió del césped a hombros de Puskas y de Lev Yashin.
Fue el primer gran ‘gentleman’ del fútbol británico. Un ejemplo de longevidad (32 años de carrera y unos mil partidos disputados), compromiso y juego limpio. Nunca fue amonestado y no se le recuerdan protestas a los árbitros.
Nunca jugó en un grande, tampoco ganó la Liga inglesa ni la Copa de Europa, pero su grandeza como futbolista traspasó fronteras. Falleció el 23 de febrero de 2000, a los 85 años. A su funeral asistieron más de 100.ooo personas.
"Fue el hombre que nos enseñó cómo se juega al fútbol", dijo Pelé tras su muerte.
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En las inmediaciones del Britannia Stadium, el campo del Stoke City, se levanta una estatua en su honor: en realidad, son tres figuras que intentan reflejar los movimientos más característicos de Matthews; el desborde, el regate y el centro.