El Industrias Santa Coloma fue una pesadilla la pasada temporada para el Barcelona, que superó este sábado tal desvelo con la rotundidad de su potencial, aún muy lejos de la iluminación que se espera en su juego, pero con la condición decisiva de su magnífico portero Didac, con su firmeza defensiva y con la contundencia de una pegada incontestable y fulminante en los primeros cinco minutos del encuentro.
Siempre aliado con las paradas de su guardameta, durante todo el choque, en ese tramo inicial encarriló el conjunto azulgrana su tercera victoria en cuatro jornadas del campeonato; en un minuto y 12 segundos de inspiración que desbordaron a sus adversarios, abroncados por su propio técnico, Javi Rodríguez, tras el 0-3.
Porque en un momento, sin apenas intuirlo, cuando él había sido el que más había propuesto sobre la portería rival, el Barça solucionó todo porque tiene futbolistas de un nivel tremendo, que cambian un partido en cualquier instante. A la mínima ocasión.
Por ejemplo, Dyego, que robó la pelota y marcó el 0-1 cuando habían transcurrido tres minutos y 40 segundos del choque, en la primera ocasión de todo su equipo. Y Ferrao, un goleador formidable. Su volea para el 0-2, al borde del minuto 5, agrandó la diferencia. Doce segundos después, él mismo anotó el 0-3.
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Quizá excesivo, luego le tocó resistir frente a la ofensiva del Industrias Santa Coloma, frustrado por las intervenciones de Didac, pero cada vez más cerca en el marcador. Al primer minuto del segundo periodo, Drahovsky aportó el 1-3 para sostener la emoción, disparada después cuando Corso logró el 2-3, al que contestó de inmediato Adolfo con el 2-4. A 43 segundos del final, Verdejo transformó el 3-4.