La carrera en los banquillos Sylvinho, exlateral izquierdo del Barça entró en un punto muerto después de ser despedido del Corinthians (el club donde se había formado como jugador) a inicios de febrero del año pasado. Pagó muy caro la inestabilidad institucional del ‘Timao’ que sigue lejos de sus mejores días. Su propia 'torcida' lo maltrató y as puertas se cerraron para él en un mercado, como el brasileño, especialista en triturar entrenadores.
Buscaba una nueva experiencia en solitario tras formarse como ayudante de Roberto Mancini, en el Inter de Milán, y con Tite en la selección brasileña, y tener un paso muy breve en el Olympique Lyon donde no le salieron las cosas. Le llamó la federación albanesa para ser seleccionador, un cargo, en teoría, irrisorio en el panorama del fútbol europeo.
Sylvinho hizo oídos sordos aquellos amigos que le desaconsejó atar su nombre al de Las Águilas. Dobló la apuesta y tomó una decisión de máximo riesgo aceptando el cargo en enero de este año...y, al final, le ha salido cara.
Albania disputará por segunda vez en su historia una fase final de la Eurocopa. Se clasificó con una jornada de antecedencia como primera en un grupo donde no era favorita y había la Polonia de Lewandowski y la República Checa.
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La imagen de Sylvinho ha sido reparada en su país y ha ganado credibilidad internacional A sus 49 años, es aún un entrenador joven, estudioso, persistente y con mucha resiliencia.