Paseando en bicicleta por las calles de Santos o jugando a voley en las playas de la ciudad, parece que Sampaoli ha recuperado esa paz y con ella la felicidad que andaba tiempo buscando. Su salida de la Selección Argentina fue caótica. Criticado por la afición de la albiceleste que, con razón, reclamaron la cabeza del técnico nacido en Santa Fe.
El fracaso del Mundial pesó y mucho. No por caer ante Francia, al fin y al cabo acabó ganando esa Copa del Mundo, sino por el juego, las alineaciones, el sistema... No eligió nada bien y lo pagó con su puesto.
Y eso que al principio nada parecía que pudiera salir mal. Sampaoli llegó a la albiceleste tras un paso con más sombras que luces por Sevilla pero con el historial impecable con Chile, a la que llevó a ganar su primera Copa América de la historia. ‘Sampa’ era el elegido para intentar traer a case esa copita dorada que tantos años hace que no ven.
El sueño se convirtió en pesadilla ya desde las eliminatorias para acceder a la fase final de la Copa del Mundo donde solo las genialidades de Messi evitaron un desastre todavía mayor al que se vio en Rúsia.
'O Peixe' ya es líder de la liga
El Santos lo recogió de la más profunda oscuridad en la que se había quedado tras dejar la albiceleste. El inicio tampoco fue un camino de rosas. Las eliminaciones en la Copa Sudamericana ante el humilde River Plate de Uruguay y en el Paulista frente al Corinthians lo dejaban de nuevo en el alambre. Confiaron en él y Sampaoli, al fin, parece que vuelve a sonreír.
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O Peixe encadena cinco triunfos consecutivos que lo han situado como nuevo líder del Brasileirao. La afición además está encantada e incluso le dedica lienzos con su rostros y el ‘10’ que lo acompaña. Un privilegio al alcance de pocos.