El Oporto ganó al Benfica con sufrimiento la Supercopa de Portugal y se llevó su 22º entorchado gracias a las diana de Sérgio Oliveira, en la primera mitad y Luis Díaz, en el tiempo de descuento.
Un penalti que vale oro
Tras los impases iniciales, de tanteo, los portistas comenzron a dominar con claridad el choque y, de un pase filtrado de Corona nació un penalti que el meta 'encarnado' cometió sobre Taremi, que burló su salida. Oliveira lo transofrmó y comenzó a desequilibrar la final. A partir de ahí, el Benfica tomó el mando del choque y, por medio del balón parado y, sobre todo, de Grimaldo, que fue el mejor de los de Lisboa, pudieron empatar el choque en múltiples ocasiones.
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Las 'águilas' no concretaron en la zona de definición y el Oporto aprovechó un contragolpe en el último minuto para matar el encuentro. Luis Díaz definió con maestría ante la salida de Vlachodimos y selló un encuentro que el Benfica mereció, por fases, empatar pero temrinó sucumbiendo ante el acierto de los 'dragones'.