Espectacular, única, irrepetible, increíble, estratosférica, cualquier adjetivo que se utilice será insuficiente para describir el que fue, y será, uno de los goles que más locura generaron en el Camp Nou.
17 de junio de 2001. Última jornada de Liga. El Barça necesitaba ganar al Valencia para igualarle a puntos en la cuarta plaza y, por 'goal average', clasificarse para la Champions.
Pese a que Rivaldo había puesto por delante a los de Carles Rexach en dos ocasiones, otro doblete de Rubén Baraja había devuelto el empate en el marcador.
Cuando parecía que los azulgrana tendrían que conformarse con jugar la UEFA, cuando el pánico se había apoderado del rostro de todos los barcelonistas, entonces volvió a aparecer Rivaldo.
A falta de un minuto para el final, y con el Barça volcado al ataque, Frank de Boer asistió al 'crack¿ brasileño para que éste escribiera, más todavía, su nombre en la historia del club.
Tras acomodarse el balón con el pecho, 'Rivo' se enlairó desde el límite del área grande para conectar una chilena que se coló junto al palo izquierdo de la portería de Cañizares. 3-2 y locura total y colectiva en el Camp Nou, pues esa obra de arte valió poder jugar la Champions al año siguiente.
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Lo cierto es que se pueden contar muchas cosas de esa noche, pero como dice el tópico, una imagen, o en este caso un vídeo, vale más que mil palabras.