Henrik Larsson ha puesto fin al infierno que estaba viviendo como entrenador del Helsingborgs sueco, equipo en el que ejercía como entrenador desde hacía dos meses (vivió antes una primera etapa) y en el que se retiró como futbolista. Al parecer, según ha apuntado el director deportivo de la entidad, Joel Sandborg, el exjugador del Barça ha dimitido sobrepasado por las críticas recibidas y los ataques. “La presión ha sido demasiado grande para él y para su familia”. La eliminación copera del equipo frente al Oskarshamn ha sido la gota que ha colmado el vaso. Aficionados del cuadro del sur del país arremetieron duramente contra el técnico.
No es el primer incidente de este tipo que se produce. Tras una mala primera temporada en su primera etapa al mando del equipo, el Helsingborgs acabó descendiendo en un partido de repesca dramático en casa en el que el delantero Jordan Larsson, hijo del técnico, fue agredido por varios ultras locales que saltaron al campo.
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Larsson consiguió ganarse el corazón de los aficionados del Barça en el corto espacio de tiempo que defendió los colores. Lo mismo le sucedió en el Manchester United y en el Feyenoord, mientras que en el Celtic, donde pasó gran parte de su trayectoria, es una auténtica leyenda.