La historia del fútbol está repleta de goles en propia meta, algunos más decisivos que otros y más o menos desafortunados. Pero lo que hizo Kondogbia en el amistoso Chelsea-Inter traspasa la lógica. El centrocampista francés recibió un pase de su compañero poco antes de la línea del centro del campo.
Recibiendo de espaldas y sintiéndose presionado, no se le ocurre otra cosa que mandar un zapatazo atrás hacia su portero que en vez de una cesión se convirtió en un misil tierra aire que acabó colándose por toda la escuadra. A pesar de tratarse de un encuentro amistoso, la cara que se le quedó al ex del Sevilla fue todo un poema. El consuelo para él, que su Inter terminó imponiéndose por 2-1 al Chelsea.