Valero Rivera ha abierto los ojos definitivamente a los responsables deportivos de Catar. Lo que era una idea vaga, una ilusión sin demasiadas expectativas ha pasado a ser un objetivo claro. Quieren a Pep Guardiola al frente de la selección nacional en el Mundial que organizarán en el año 2022. Porque si Valero ha sido capaz de obrar un milagro y rozar el título mundial de balonmano, Pep estaría en condiciones de, por lo menos, colocar a la selección de fútbol en el primer plano.
Según lo publicado por Sport Bild el entrenador catalán ha decidido permanecer en el banquillo del Bayern de Múnich hasta la conclusión de su contrato, en 2016, y a partir de ahí estudiará opciones de futuro, teniendo como principal interesado a un Manchester City que no acaba de creer en el proyecto de Manuel Pellegrini. Las especulaciones, múltiples, también colocarían en aquellas fechas a Pep en la órbita del Arsenal, que comenzaría a pensar en la sucesión de Arsene Wenger... Pero siempre con Catar en el escenario.
Catar, como anfitriona, ya está clasificada para el Mundial de 2022 y después de dar a luz con un considerable éxito el proyecto de Aspire Academy considera que ha llegado el momento de dar un paso adelante, a medio plazo, para colocar al fútbol nacional en el plano y olvidar la consideración exótica que mantiene en los últimos años.
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Guardiola, que ya jugó dos temporadas en el Al-Ahli y apoyó personalmente la candidatura catarí para organizar el torneo, es visto como el personaje más capacitado para trasladar al fútbol el milagro que Rivera consiguió en el balonmano. Y tal sería su confianza en el entrenador catalán que los responsables deportivos del emirato le esperarían el tiempo que hiciera falta si quisiera, hasta el año 2020, entrenar en la Premier League.