El Benfica tuvo que apelar a la épica para noquear a un Aves que vendió muy cara su piel. El conjunto de Bruno Lage se vio obligado a remontar el partido para mantener tres puntos claves. Saben a gloria.
Salió dominador el Benfica, como no podia ser de otra manera. El cuadro de Bruno Lage rápidamente se hizo con las riendas del encuentro y tardó más bien nada en tener ocasiones para abrir la lata. Primero Grimaldo y luego Seferovic pusieron en aprietos el cerrojo rival, que buscó hacerse fuerte en defensa.
El Aves no acumulaba demasiado peligro pero de una jugada aislada apareció Mohammadi para poner la sorpresa en el luminoso. Se marchó de Ferro y, con poco ángulo, pudo batir a Vlachodimos. A partir de aquí, Beunardeau fue el nombre propio de la noche. El meta rival malbarató acciones muy claras de Seferovic y Chiquinho. Solo un milagro mantenía esa superioridad del Aves. El empate del Benfica se asomaba antes del descanso.
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En la reanudación, suerte que apareció el VAR para cambiar la roja sobre André Almeida por una amarilla. Se salvó el Benfica, que puso los cinco sentidos en la remontada. Primero Pizzi, con una pena máxima, y luego Almeida, en los instantes finales, le dieron la vuelta al partido y aseguraron los tres puntos.