La futura competición profesional femenina, la Liga Ellas, está estancada como consecuencia de que la Comisión Directiva del CSD no lo ha aprobado todavía. Un trámite legal indispensable para que pase a ser reconocida oficialmente como liga profesional equiparándose a la liga masculina de fútbol y de baloncesto.
Una situación que provoca "daños" colaterales, en este caso con las jugadoras y el convenio colectivo vigente desde febrero 2020, que fue el primero en la historia del fútbol femenino español. AFE denunciaba dicho convenio como medida para evitar su renovación automática, como ha sucedido con el masculino, al cumplirse la fecha del 30 de junio. Una denuncia que pretende modificar algunos de los aspectos del convenio actual de cara a la próxima temporada.
Entre las reformas previstas, se encuentran el salario mínimo actual de 16.000 euros al 75% de parcialidad, el plus de antigüedad, la conciliación familiar y maternidad, los derechos de imagen o los riesgos laborales. También se quiere tratar el asunto de la polémica lista y su respectiva clausula de compensación, pretenden suprimir esta parcialidad anteriormente señalada, además de definir con más detalle la jornada laboral, descansos y vacaciones de Navidad.
Asimismo, otras de las cuestiones que quiere abordar es un seguro por si sucediese una situación de incapacidad o la existencia de un fondo de garantía salarial, además de poner en marcha medidas de carácter económico de cara a esta Liga Profesional y la firma de un compromiso sobre apuestas y amaños. Cuestiones todas ellas que ahora mismo están condicionadas a la transformación en una competición profesional.
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Los clubes de la actual Primera Iberdrola, que se transformaría en profesional, tienen claro que los cambios que quieren realizar para este nuevo convenio son sólo viables bajo un escenario de liga profesional. De ahí también la importancia de que el gobierno agilice cuanto antes todo el proceso de transformación en liga femenina para así resolver todo lo que implica su transformación desde el punto de vista organizativo, y además en cuanto a relación laboral de las jugadoras.