Qué injusto es el fútbol. Anoeta ha vivido hoy la cruel despedida del Barça de una Champions en la que mereció más, mucho más. Las culés partían con el favoritismo en contra y no solo plantaron cara al Wolfsburgo, si no que fueron superiores. Pero volvió a aparecer el fantasma de la falta de puntería, y el Barcelona pagó caros sus perdones. Un gol de rebote del Wolfsburgo deja a las blaugrana sin final, pero pueden irse con la cabeza muy alta.
Garra blaugrana
Arrancó el Barcelona con una electricidad que descolocó al Wolfsburgo completamente. No pasó ni un minuto antes de que llegara el primer aviso culé, con forma de un disparo alto de Graham Hansen, sin duda figura clave en el partido. El Barça apostó por una presión intensísima que obligó a las alemanas a rifar balones arriba. Las blaugrana tenían claro su objetivo y lo cumplieron con creces: cortar el juego vertical del Wolfsburgo de raíz. La sensación de peligro fue muy superior por parte del FC Barcelona y el Wolfsburgo, incómodo, tardó en recuperarse de la sopresa inicial y empezar a plantar cara.
En el 12' una mano clara de Hendrich en el área fue reclamada con razón por el Barcelona, pero la árbitra no señaló penalti. Se igualaron las fuerzas en la mitad del primer periodo y la lucha se trasladó al centro del campo, pero por poco tiempo. A excepción de algún contraataque "made in Wolfsburgo" que terminó en poco, las alemanas no generaron peligro. En los minutos previos al descanso, el Barça volvió a coger la batuta del partido para arrinconar a un Wolfsburgo irreconocible. Hansen fue un quebradero de cabeza por banda derecha y sus conexiones con Oshoala arrancaron varios 'uy', llegando la noruega a rozar el palo en la más clara de la primera parte.
No se permiten errores
Tras el descanso, el duelo se reinició con el Barcelona dominando de nuevo, pero el gol se negaba a llegar pese a la sucesión de oportunidades. Oshoala, Hansen y Mariona mandaron el balón lamiendo los postes hasta en tres ocasiones. No fue el caso del Wolfsburgo. Las alemanas llegaron una sola vez, pero con esa bastó. Un centro de Harder que no acertó a defender la zaga culé lo cazó Rolfö de rebote para poner el 1-0 con toda la suerte del mundo. Primer error del Barça, primer gol de las alemanas.
Los minutos finales se vivieron con la agonía de ver a un Barça que lo intentó de todas las maneras posibles, pero no pudo. El Wolfsburgo a penas tocó balón lo justo para evitar los goles blaugrana, mientras las ocasiones que no desbarataban las germanas las perdían las culés con su negación de cara a portería. El partido murió poco a poco con las ilusiones del Barcelona, mientras las jugadoras, sobre el césped, se negaban a creerlo.
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Así, se cumplieron las expectativas en cuanto a resultado, pero el Barcelona ha demostrado que puede competir contra los clubes de primer nivel, eso sí, con mucho que mejorar de cara a puerta. Las culés han dejado atrás el amargo sabor a inferioridad de la final de Budapest, pero, por desgracia, esto no ha valido la clasificación.