Domingo de madres en el Johan Cruyff

No hay regalo más grande para el día de la madre que el de ver a una hija cumplir su sueño. Sin duda, las jugadoras del Barcelona lo harán hoy al disputar la vuelta de semifinales de Champions. El pase a la final se decide esta mañana en el Johan Cruyff tras un ajustado 1-1 en París. Hoy, en su día, las madres de las jugadoras culés no quieren perderse el duelo, en el que el Barça puede volver a hacer historia.

Una historia que empezaron a escribir hace dos años en Budapest, donde perdieron la final de la UWCL ante el Lyon. De aquel 18 de mayo no se olvida Maria Oliver, madre de Mariona Caldentey, que vivió la final en primera persona y la recuerda como “una locura y una alegría muy grande”. También estaba cuando se clasificaron en el Mini Estadi y asegura que aún se le ponen los pelos de punta cuando recuerda ese día. “Ojalá el domingo podamos celebrarlo igual, vengo con la misma energía”. Ha volado desde Mallorca este fin de semana para poder vivir esta gran cita cerca de Mariona con la esperanza de poder hacerse otra vez con el billete a la final. 

Los inicios

Viendo su nivel esta temporada cualquiera diría que las jugadoras del Barça nacieron ya con las botas puestas, pero lo cierto es que todas fueron pioneras en sus inicios. Lo sabe bien Paqui Cejudo, madre de Andrea Pereira: “La apunté a jazz, a patinaje… al final me dijo ‘o me apuntas a fútbol o no me apuntes a nada’. Era la única niña del equipo del colegio pero lo vivimos con mucha normalidad, siempre fue muy valorada”.

Una pasión con la que, además, Andrea contagió a su madre, quien admite que no le gusta el fútbol: “Lo vivo como madre, aunque el ambiente me encanta. Ahora es nuestra vida. Hemos hecho muchísimos viajes de ida y vuelta para ir a verla”. A ella, y a su hermano Gonzalo, que también es futbolista: “Cuando eran pequeños y coincidían su padre y yo nos repartíamos para ir a sus partidos”. Y es que no solo las propias futbolistas hicieron sacrificios para llegar a donde hoy día están, si no también sus familias. 

La distancia 

Una de las partes negativas de tener una hija en la élite deportiva es que, la mayoría de veces, vive lejos de casa. Andrea Falcón se fue de Las Palmas de Gran Canaria con solo 15 años y su madre, Elena Falcón, hizo de tripas corazón cuando dejó que volara del nido tan pronto. “Lo peor que podía pasar era que no estuviera a gusto y quisiera volver”, pero aun así, Elena le metió dos abrigos en la maleta sabiendo que no sería cuestión de tiempo. 

“Yo lo pasé muy mal… ¡Es muy duro ir a un notario y decir que das la responsabilidad de tu hija a otra persona por si le pasa algo!”, reconoce Elena que sintió cuando le buscaron un tutor legal a Andrea. “Me llamaba cada día cuando llegaba de entrenar a las 23h mientras se lavaba la ropa para el día siguiente, eso me dolía mucho”, explica Elena. Falcón vivía en un piso compartido con tres compañeras más y, a pesar de su corta edad, tuvo que aprender a vivir sola de un día para otro. 

Los pies en el suelo 

Que el éxito no nuble la vida y carrera de una persona es primordial para poder conseguir los objetivos deportivos marcados y Dolors Costa, la madre de Bruna Vilamala, lo ha tenido muy claro. “Siempre le he dicho que tiene que vivir el día a día, disfrutar e ir poco a poco porque todo esto se puede acabar en cualquier momento”, explica Dolors. Bruna es una de las jugadoras revelación del Barça de esta temporada. Con solo 18 años ha demostrado tener nivel suficiente para disputar minutos en todas las competiciones y tener la facilidad de marcar goles. Vivir todas estas experiencias siendo tan joven provoca sentimientos encontrados puesto que la alegría y el orgullo de ver a tu hija triunfar se chocan con “el miedo a que algún día no toque con los pies en el suelo”. 

Seguirlas siempre de cerca 

La madre de Bruna ha hecho siempre lo imposible, “incluso fiesta en el trabajo”, reconoce, para ir a ver todos los partidos de su hija. De todos ellos, el que nunca olvidará será cuando debutó con el primer equipo en el Johan el año pasado, “pasé unos nervios increíbles, el balón no salía y se hizo eterno, me puse muy contenta”. Fueron solo un par de minutos, pero los primeros de muchos que Bruna disputará con el primer equipo del Barça. 

Difícil será superar los de Alexia, referente máxima del FC Barcelona. Su madre, Eli Segura, subraya un ejemplo muy claro de la influencia de su hija en el mundo del fútbol: “En la plaza del ayuntamiento del pueblo ahora vemos jugando más niñas que niños. Antes siempre eran todo niños, y Alexia. Eso es un orgullo”. 

Vínculo irrompible

De familia culé hasta la médula, Alexia es el ejemplo de que los sueños se cumplen, y su madre no tiene palabras para describir lo que supuso la noticia de su fichaje por el Barça: “Nos hizo muy felices, muy orgullosos. Fue una recompensa al trabajo que ha hecho desde pequeña”.

Esta recompensa la comparten todas las jugadoras del Barcelona y sus madres podrán disfrutarla esta mañana. Al preguntarles sobre si asistirán al Johan hoy, siempre que la distancia lo permite, la respuesta es unánime: “¡Y tanto!”.

Una afirmación que resume muy bien lo incondicional del apoyo de una madre. También lo hace el mensaje de la madre de la capitana, Alexia, que se puede aplicar al resto: “Semprexsempre”. Siempre, para siempre.