No hay excusa ni ningún argumento convincente en contra. Después de que 68.739 personas vieran en el Wanda Metropolitano el Atlético-Barça del pasado fin de semana o de que más de 48.000 espectadores acudieran a San Mamés a un Athletic-Atlético de Copa, el siguiente que debe dar el paso es el FC Barcelona abriendo las puertas de su coliseo.
El Barça, un club que ha sido pionero en la profesionalización del fútbol femenino en España, el que más invierte y más retorno económico tiene, no puede quedarse atrás en este aspecto. No vale escudarse con que el club azulgrana ha abierto y sigue abriendo en numerosas ocasiones el Mini Estadi. No es suficiente.
Es cierto que primero habría que llenar o mejorar la asistencia regular al Mini, que solo ha brillado en días grandes. Es cierto que la realidad del fútbol femenino, del día a día, todavía dista mucho de eso. Pero es cuestión de tiempo. Hay que dar visibilidad y oportunidades. Toca ir más allá y apostar de manera firme por mostrar el espectáculo del fútbol femenino en uno de los mejores estadios de Europa. No habría mejor escaparate para impulsarlo. Valdrá la pena porque permitirá ayudar a conseguir un deporte y una sociedad más justa.
¿Cuándo hacerlo?
NOTICIAS RELACIONADAS
Sin duda no sirve hacerlo cualquier día. La ocasión debe merecerlo y por eso, unas hipotéticas semifinales de Champions, como podría pasar este año si el Barça es capaz de superar al LSK en cuartos, podría ser el escenario ideal. La pelota está en el tejado del Barça.