El campo del Guinardó vivió este pasado domingo una situación de lo más surrealista. El Martinenc recibía al Tona, rival directo en la lucha por el ascenso y los tres puntos eran de vital importancia para ambos.
En una lance del primer tiempo y con el marcador 0-1,el colegiado paró el partido tras un encontronazo entre dos jugadores en el centro del campo. Una vez recuperados se reanudó el encuentro con un bote neutral, y en esta acción el jugador local Édgar mandó el balón al fondo de la red con un disparo alto y bombeado que el meta visitante se tragó.
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Los jugadores del Tona, atónitos, recriminaron la acción a un Édgar tan sorprendido como ellos de que su chut acabara en gol. El tanto subió al marcador y el Martinenc no se dejó marcar en su portería para comopensar esta acción, algo que sí ha ocurrido en otros partidos en una clara demostración de fair play. Pero al final, ni el gol ni la poca deportividad le sirvieron a un Martinenc que acabó perdiendo el partido 1-3.