Ruslan Mba (27 de febrero de 2010) está siendo uno de los jugadores más destacados de la XXVI LaLiga Promises. El delantero del Infantil B del Barça anotó un golazo al Olympique de Marsella que supuso el primero de los cuatro que su equipo marcó -los otros tres los hizo Alejandro Oviedo- para lograr el billete a los cuartos de final.
Su nombre, de origen turco, significa 'hombre león'. Y define lo que el joven delantero es en su equipo. En este torneo, donde los cambios físicos son clave en el impasse entre el fútbol 7 y el fútbol 11, Ruslan encarna este perfil de jugador más potente sin dejar de lado la calidad técnica y la inteligencia táctica.
Suele jugar de extremo y en Maspalomas se está haciendo suyo todo el carril izquierdo. Con él allí, el Barça tiene más llegada, Oviedo, un buen socio en ataque, y Albert Puig y Joan Pons -sus entrenadores-, un jugador diferencial. Ellos dos, junto a Hugo Garcés, son los máximos goleadores del equipo esta temporada ('Ovi' lleva cinco, mientras que Ruslan y Hugo suman cuatro cada uno).
Un adelantado a su edad
Ruslan, de padre ecuatoguineano -jugaba al fútbol americano en los Barcelona Dragons- y madre catalana, llegó a las categorías inferiores del Barça en 2018, procedente de la Unió Atlètica d'Horta. Allí jugaba en el Prebenjamín y se incorporó a La Masia directamente en el Benjamín 'C'.
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Siempre ha sido un adelantado a su generación. A pesar de ser el gracioso del equipo -bromea con compañeros y cuerpo técnico- es un jugador maduro para su edad. Tiene las ideas muy claras, sabe que está en una etapa de aprendizaje y lleva la competitividad en la sangre, necesaria también para hacer carrera. Si sigue así, le espera un gran futuro.