La máscara que llevó Carles Puyol en 2003 es uno de los objetos más emblemáticos que se recuerdan en el fútbol base blaugana. Carles tuvo que llevarla a raíz de la fractura de pómulo que sufrió en un partido ante el Inter y fue reciclada para que un chico del Cadete A pudiera jugar la final de la Copa Catalunya. Éste joven no era otro que Leo Messi. El argentino solo aguantó con ella 45 minutos antes de retirarse mareado. Sin embargo, fue tiempo suficiente como para marcar dos goles en la victoria por 4-1.
La máscara no fue obstáculo para que ninguno de ellos mostrara su mejor nivel. Tampoco lo ha sido hasta la fecha por otro canterano que ha tenido que protegerse de forma especial. Oriol Busquets sufrió un fuerte golpe en la cabeza en el partido ante la Roma de la UEFA Youth League. El jugador fue rápidamente trasladado al hospital para realizarse pruebas y se descartó una dolencia importante, pero se le aconsejó que llevara máscara durante unas semanas como precaución.
Así lo ha hecho y en los dos últimos partidos ha rendido a gran nivel saltando en el once titular de Gabri. El Juvenil A ha encadenado dos victorias consecutivas, ante el San Francisco y el Bayer Leverkusen, ambas en el último suspiro, con las que ha recobrado la confianza.
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Oriol ha comandado al equipo desde el mediocentro. Pese a ser solo juvenil de primer año, a sus 16 años (cumple 17 en enero) no le pesa la responsabilidad y ha demostrado que tiene madera de ser un futuro crack.