El CE Sabadell se llevó un partido crucial en la lucha por el 'play-off'. Las gradas se poblaron de afición arlequinada que empujaron a su equipo hacia una victoria con mucho aplomo frente a un Barça B que acabó pagando muy caros sus errores.
El partido fue marcado por la intensidad desde el inicio con mucha igualdad y ambos equipos tratando de sacar partida de los pequeños detalles, como el balón parado. Así llegó la primera ocasión del partido. Aranda centró una falta lateral i el balón se envenenó hasta dar en el palo y en la serie de rebotes posteriores, el Sabadell sacó hasta dos balones de debajo los palos.
Esta acción hizo que la balanza se decantara hacia el costado blaugrana hasta la media hora de juego cuando los de Munitis se sacudieron ligeramente el dominio a raíz de un primer disparo a puerta de Boniquet.
Los arlequinados crecieron en el tramo final del primer tiempo exigiendo a Carevic con continuos balones al área. En el último córner antes del descanso, Guillem Molina cabeceó en el área pequeña obligando al meta montenegrino a una gran intervención.
Penalti y ventaja
La segunda parte no pudo empezar mejor para los vallesanos. Mika Mármol derribó claramente a Aarón Rey en el interior del área y Jacobo transformó el penalti con seguridad. A partir de entonces, el guión fue el de un Barça B siempre en campo contrario, pero chocando contra el muro arlequinado. Y cuando encontraba algun resquicio no estuvo fino.
Ferran Jutglà no tuvo su tarde. El ariete envió un balón al larguero con toda la portería a favor y otro remate también muy franco en el área pequeña, tras jugada de Fabio Blanco, lo mandó muy alto. Dos acciones de las que no acostumbra a perdonar.
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El Sabadell administró su ventaja con experiencia, frustrando a un cuadro blaugrana que acabó cometiendo un error infantil con el que se cerró el partido. Balde dio un pase atrás sin mirar, Kaxe lo interceptó y superó a Carevic tras regatearlo. El segundo gol y la fiesta en las gradas por una afición sabadellense que dio una lección de comportamiento en el Johan Cruyff.