El Barça B empata ante el Nàstic (2-2) en el estreno oficial del Estadi Johan Cruyff. Eso sí, ambos conjuntos brindaron un auténtico partidazo tras unos noventa minutos trepidantes, lleno de idas y venidas y lleno de ocasiones por parte de ambos conjuntos.
Los de García Pimienta salieron a morder y no tardaron en recibir su recompensa. En el primer saque de esquina del equipo azulgrana el central Jorge Cuenca remató a la perfección el centro de Riqui Puig, imposibilitando la estirada de Bernabé. El Barça siguió dominando, con un Hiroki Abe que brilló en su debut oficial con jugadas eléctrica por la banda izquierda, aunque estuvo notablemente retenido por el lateral Bonilla.
A la media hora de juego la dinámica cambió, y fue el Nàstic quien apretó y subió la presión sobre los locales, dificultando mucho más la salida desde atrás de los azulgrana. Finalmente, después de un acoso y derribo sobre la portería de Iñaki Peña, el ariete Pedro Martín igualó el marcador con un disparo raso tras una jugada originada por una pérdida en zona defensiva azulgrana.
El Nàstic se fue al descanso dominando, y salió de los vestuarios con la misma garra con la que terminó la primera parte. Pedro Martín, con el gol entre ceja y ceja, lo probó varias veces y estrelló la primera en el larguero, y no tuvo suerte con sus otros múltiples remates.
Tras una salida frenética de los de Tarragona, el Barça trenzó jugadas más largas y volvió a hacerse con el dominio del encuentro, y el segundo gol llegó tras una larga posesión que terminó con una doble pared entre los dos laterales, Dani Morer y Guillem Jaime, que finalizó este último como si se tratara de un delantero centro, con un disparo raso a la derecha de la portería tarraconense.
Tras el gol y con el cansancio acumulado, el partido se abrió y las ocasiones empezaron a repartirse. Con los tres cambios realizados, Pol Prats se lesionó y obligó a los de Xavi Bartolo a jugar con diez cuando aún restaban 20 minutos de encuentro. Inexplicablemente, fue entonces cuando el Nàstic sacó fuerza de donde no las tenía para lograr el empate final en el minuto 75, tras un gran remate de cabeza de David Goldar que tocó ligeramente Sarsanedas.
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Con un Barça volcado al ataque, el Nàstic consiguió retener a los de García Pimienta pese a estar en inferioridad, que se vio incrementada a falta de dos minutos por la expulsión de Pol Ballesteros, en un final trepidante que de ambos conjuntos y un partido más que merecedor para el estreno oficial del Estadi Johan Cruyff.