El Barça B respira aliviado tras lograr en la Nova Creu Alta el primer triunfo de la temporada y ahora todos los objetivos se centran en recuperar el fortín del Estadi Johan Cruyff. Desde su inauguración en verano de 2019, la nueva casa ha sido una garantía para el filial. La pasada temporada se escaparon solo siete puntos -dos empates sin goles ante Prat y Cornellà y una derrota por 0-1 contra el Andorra-. El resto, diez triunfos y un balance goleador de 28 tantos a favor y 11 en contra. Sergi Barjuan tiene pendiente estrenar el casillero de victorias como local en partido oficial y el viernes es el momento idóneo.
El filial azulgrana recibe al Linense, un rival que empezó la temporada como un tiro, pero que en la última jornada cayó goleado (0-4) ante el Algeciras. Si los azulgranas vencen, les superarán en la tabla.
Pendientes de los lesionados
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Tras la recuperación de Carevic y Ramos Mingo, la enfermería del filial la ocupan Kays Ruiz, Igor y Peque. El primero se lesionó del tobillo con su selección y no ha conseguido todavía estrenarse con el filial azulgrana en partido oficial. El brasileño, por su parte, sufrió una lesión en el semitendinoso de la pierna derecha a mitades de agosto, y Peque, en el bíceps femoral el pasado 3 de septiembre.