De Porto Alegre a Quito, y de Quito a Asunción. Este es el trayecto que le ha tocado hacer al Gremio para disputar el partido de ida de la tercera fase de la Libertadores (la última antes de la fase de grupos) contra el Independiente del Valle. El mensaje de la Conmebol es diáfano: la pandemia no frenará el cronograma del torneo y se harán los sacrificios necesarios.
El encuentro, que debía disputarse este miércoles, ha sido aplazado hasta el viernes a causa de un brote de Covid-19 en la delegación del Gremio. Siguiendo los protocolos sanitarios vigentes, las autoridades ecuatorianas prohibieron que los brasileños pudieran salir del hotel para ir a entrenarse. El encuentro se ha trasladado de país y se disputará viernes en Asunción, capital de Paraguay.
El Gremio tiene cinco de sus integrantes contaminados, tres de los cuales se quedaron en Brasil. Su técnico, el carismático Renato Portaluppi, no pudo viajar tras dar positivo el lunes horas antes de emprender viaje. Las imágenes del entrenador sin máscara durante el clásico contra el Internacional, de Miguel Ángel Ramírez, del fin de semana, que ganaron los tricolores por 1-0, despertaron preocupación.
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En Ecuador, se han confirmado los positivos del portero Paulo Victor y el lateral derecho Vanderson. La delegación gremista, que está pasando por constantes test de PCR para detectar nuevos casos, tiene previsto llegar a Paraguay en las próximas horas tras un viaje de más de seis horas.