Un 28 de noviembre del año 2000, Martín Palermo se vistió de verdugo y ejecutó de manera fulgurante al Real Madrid con dos goles marca de la casa. El Boca Juniors y el conjunto blanco disputaban una final de Intercontinental inédita que se decidió en apenas seis minutos.
El tiempo que necesitó el de La Plata para batir por dos veces a un Iker Casillas perplejo. En la primera jugada de ataque del partido, el ‘Chelo’ Delgado se internaba por una banda izquierda que había dejado desguarnecida Geremi y centraba un esférico que se encontraba Palermo en el centro del área. Ni Aitor Karanka ni Roberto Carlos pudieron frenar la voracidad del argentino.
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Cuatro minutos después y en una contra bonaerense, Juan Román Riquelme se inventaba un pase desde su campo que pillaba desprevenida a la defensa blanca y acababa en las botas de Martín. El delantero argentino, ante la presión de un perdido Geremi, la enganchaba de primeras y batía por bajo a Casillas. La locura llegaba a la grada de Boca y enmudecía a los blancos, que sólo pudieron contestar con un, a la postre, estéril gol de Roberto Carlos.