Los meses de octubre y noviembre son el momento perfecto para que las setas crezcan en los bosques.
Con la llegada de las primeras lluvias del otoño (que aún se están resistiendo) y la bajada de las temperaturas, comienza oficialmente la temporada de recolección y consumo de este producto, que es sabroso y muy saludable.
Las setas tienen muchas propiedades nutritivas. Son bajas en calorías y aportan una gran cantidad de proteína y fibra.
Son un alimento que todos deberíamos incluir en nuestra alimentación, y más ahora que llega el frío. Son ricas en:
- Hierro.
- Fósforo.
- Yodo.
- Magnesio.
- Selenio.
- Potasio.
- Calcio.
- Zinc.
- Vitaminas A y B.
Según explica la Fundación Española de Nutrición:
- "Las setas contienen mucha agua, pero su contenido en proteínas, lípidos e hidratos de carbono es muy bajo, lo que las identifica como un alimento con bajo contenido energético. Son fuente de vitamina A, riboflavina y niacina".
Y lo más importante: “una ración de setas cubre el 20% de las ingestas recomendadas de fósforo para la población de estudio”.
100 gramos de seta solo tienen unas 25 kilocalorías. Y la misma cantidad aporta 1,8 gramos de proteína, 4 de hidratos de carbono y 2,5 gramos de fibra.
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Las setas son, por tanto, un alimento que sirve tanto para personas que quieren adelgazar, como para quienes quieren aumentar su masa muscular o para quienes desean controlar ciertas enfermedades crónicas.