La vida del soldado siempre ha sido dura desde el inicio de los tiempos. Seguramente para uno de ellos lo más duro sea el dejar atrás a la familia y partir a tierras lejanas sin saber si va a volver. Hoy día el no volver es una posibilidad muy pequeña comparada con el regreso, pero igualmente estar mucho tiempo sin ver a tus seres queridos es difícil.
Este es el caso de un soldado de la 82ª División Aerotransportada que ha estado durante un año entero destinado en Irak. Al volver a casa quiso darle una sorpresa a su hijo pequeño. El mismo se encontraba en una clase de boxeo en la que tenía los ojos tapados con una venda. Su padre comenzó a entrenar con él si que este se diera cuenta.
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Cuando ambos empezaron a intercambiar frases, el pequeño solamente llega a decir “¿Papá?” antes de comenzar a quitarse los guantes y las vendas. Cuando puede ver totalmente a su padre se lanza a sus brazos entre lloros de emoción por volverle a ver de nuevo.