Si eres pensionista, seguro que te has informado correctamente acerca de la revalorización de las pensiones contributivas en función del IPC interanual de noviembre: un 8,5% debido a la inflación. No obstante, el poder adquisitivo de este grupo social había decrecido por el aumento de los precios, y los Presupuestos Generales del Estado (PGE) recién aprobados buscaban mantenerlo.
El problema es que se han registrado cambios en la escala del IRPF a abonar durante 2023, afectando sobre todo a aquellos pensionistas que reciben la pensión máxima: hablamos de casi 42.000 euros anuales, o lo que es igual, más de 3.000 euros al mes. Son ellos sobre todo los que verán una subida en el IRPF a aportar cuando se dispongan a hacer la Declaración de la Renta de 2023 (a mediados de 2024).
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Según ha podido saber El Economista tras consultar al Consejo General de Economistas (CGE), estos pensionistas tendrán que hacer frente a 1.360 euros adicionales a los que hubieran pagado en su anterior Declaración. En total, este cambio en la escala del IRPF augura para el Estado unos ingresos extras de más de 2.000 millones de euros.