Svetlana Kuznetsova protagonizó un inusual episodio en la pista central del Singapur Indoor Stadium: en uno de los descansos de su duelo con Agnieska Radwanska, cuando las cosas iban mal para la rusa (2-1 abajo, con servicio para la polaca), 'Sveta' se agarró su larga trenza, cogió unas tijeras y, ni corta ni perezosa, le pegó un generoso tajo a la coleta.
"Me molestaba muchísimo. Quería que quedara recogido con la bandana pero mi pelo es muy grueso y pesado", explicaba Svetlana a los periodistas desplazados a las Finales WTA.
"Cada vez que golpeaba de derecha se me venía a los ojos. Así que pensé 'de acuerdo, ¿qué es más importante ahora, mi pelo, que puede volver a crecer, o el partido?'", prosiguió.
No tuvo dudas de la respuesta y como lo que quería Kuznetsova era ganar optó por facilitarse el camino. "No lo dudé. Sólo quería dar lo mejor de mí y deshacerme de lo que me molestaba", confesó. Y funcionó: rompió el saque de Radwanska en el juego siguiente... y acabó llevándose la victoria.
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Kuznetsova llegó a Singapur a toda prisa. Y a toda prisa se había hecho hace ya tiempo un tatuaje que ahora quiere quitarse y en el que se lee: 'El dolor no me mata. Yo mato al dolo'r". Admite, sin embargo, que es un buen lema para la vida: "eres más fuerte de lo que crees", consideró Svetlana.