Cuando llega el verano y las temperaturas se disparan, es habitual querer estar a resguardo dentro del coche con el aire acondicionado encendido al máximo. Pero lo cierto es que a veces no funciona como es debido, y el confort térmico desaparece por completo. Por esta razón, siempre se recomienda que el habitáculo esté climatizado entre los 19 y los 24 grados. ¿Cuáles son los riesgos si las cifras son superiores?
En primer lugar, tener poco líquido refrigerante puede impedir que el automóvil refrigere de forma correcta: hay que saberlo, porque no solo es necesario para el aire acondicionado, y una buena revisión impediría esta situación.
Otro problema sería la falta de gas: por ejemplo, se rompe el filtro de aire o el compresor, que se encarga de enfriar y mover el aire acondicionado que accede dentro del coche.
NOTICIAS RELACIONADAS
Y otros riesgos es tener un fallo en el motor eléctrico, un evaporador congelado o un condensador de aire completamente defectuoso. En cualquier caso, acudir al taller es lo recomendable aunque sean problemas, a primera vista, no tan importantes. Primero es una temperatura incorrecta dentro del vehículo, y luego, una avería aún más grande.