Se acercan las Navidades y ya empezamos a hacernos a la idea de que vamos a subir un poco de peso. En la mayoría de los casos, no hay por qué alarmarse, estas fechas son para celebrar y disfrutar con la familia mientras gozamos un menú copioso y elaborado; o esas copas de más que llevamos restringiéndonos a lo largo del año.
Si estamos en nuestro peso ideal y el médico no nos ha dado ningún aviso sobre el colesterol, el sobrepeso o algún trastorno derivado de un estilo de vida insalubre, es mejor asumir que siempre se engorda un poco en estas fechas antes de llevarnos las manos a la cabeza o sufrir por lo inevitable.
El problema llega cuando ya tenemos algunos kilos de más encima. La barriga cervecera es una de las características estéticas que más preocupan a quienes la tienen, pero lo realmente problemático son los problemas de salud asociados a ella.
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Al contrario de lo que se pueda pensar, la característica barriga cervecera no tiene nada que ver con la cerveza, tanto como con la mala alimentación y vida sedentaria.Tener barriga cervecera nos convierte en un blanco para sufrir enfermedades como hígado graso, diabetes u otros problemas cardiovasculares.