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¿De qué están hechas las gominolas?

Las gominolas son una de las mayores fantasías alimentarias de la infancia

Entre todos ellos, uno de los aditivos más populares es la gelatina de origen animal, la principal razón por la cual las gominolas no son aptas para veganos

¿De qué están hechas las gominolas? / | SPORT.es
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Las gominolas son una de las mayores fantasías alimentarias de la infancia. No obstante, todos sabemos que no son precisamente los alimentos más saludables del mundo. La razón es muy sencilla: contienen una gran cantidad de azúcar. En realidad, y como apuntan desde la sección Alimente de El Confidencial, las gominolas "basicamente son azúcar, un poquito de agua y una minúscula cantidad de aditivos para darle textura y  sabor". Hasta tal punto que el 95% del peso de la gominola es azúcar. Es muy sencillo superar las cantidades diarias recomendadas de consumo de azúcar cuando comemos gominolas.

¿Pero qué hay de esos aditivos? ¿Qué son exactamente? Acudimos al blog Gominolas de Petróleo, donde el especialista en ciencia y tecnología de los alimentos Miguel Ángel Lurueña habla precisamente de eso. "Para conseguir esta textura se pueden emplear unas sustancias que se conocen con el nombre genérico de gelificantes y otras que se conocen con el nombre de espesantes. Son principalmente proteínas (como proteínas de soja, proteínas lácteas, colágeno), polisacáridos o hidrocoloides (almidones, celulosas y gomas, como carragenatos, alginatos y pectinas)", explica en profundidad este experto.

Entre todos ellos, uno de los aditivos más populares es la gelatina de origen animal, la principal razón por la cual las gominolas no son aptas para veganos. En concreto, y como explican desde la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA), la gelatina se obtiene a través de la ebullición prolongada de "huesos, cartílagos, articulaciones, pezuñas y pieles de cerdo, cabezas de pescado, cuernos y pezuñas de ganado: básicamente, todos los despojos de la industria cárnica". Pero esto no significa que sea negativa para quienes no llevan una dieta carente de alimentos de origen animal.

De hecho, afirman desde El Confidencial, "es una excelente fuente proteica" dado que "contiene nada menos que doce aminoácidos, muchos de ellos esenciales". El origen de esta riqueza proteica se encuentra en el colágeno que conforma la piel, los tendones, parte de los huesos y el cartílago de los animales". Dicho esto, es preciso recordar que el porcentaje de los aditivos, de los cuales el colágeno es solo uno de ellos, es muy, pero que muy pequeño en comparación con el porcentaje de azúcar. Sigue siendo mucho más recomendable optar por alternativas dulces tremendamente más nutritivas y saludables como las frutas.

 

Además está el tema del petróleo, ¿verdad? En realidad, y como podemos dilucidar si aplicamos la lógica de verdad, la presencia de petróleo en las gominolas es un mito popular carente de sentido, aunque tan común que Miguel Ángel Lurueña, uno de los mayores especialistas en ciencia alimentaria de nuestro país, decidió apodar su blog en honor a ello. Desde allí desmonta precisamente esta leyenda urbana: "El petróleo no es un alimento, ni se emplea como ingrediente para la elaboración de alimentos. Ninguna legislación alimentaria lo recoge como tal". Al menos en ese sentido podemos estar tranquilos.