La estadounidense Lindsey Vonn sigue siendo a sus 34 años una de las mejores esquiadoras del mundo, tal y como certificó con su medalla de bronce en los pasados JJ.OO. de Invierno. Sin embargo, ha sido todo menos fácil llegar a ese punto después de haber sufrido una aparatosa lesión que mostró hace seis días en su cuenta personal de Instagram.
Y es que la americana sufrió una rotura en el menisco medio y lateral, fracturas de la meseta tibial, húmero fracturado en espiral con daño a los nervios. Y la clave de su recuperación y de la vuelta a lo más alto estuvo en las ganas de "trabajar duro".