Desde el inicio del cristianismo, todo lo que ha rodeado a lo que se cuenta en la biblia ha sido un misterio. No obstante, una teoría que vio la luz hace 9 años parecía arrojar un poco de luz sobre este supuesto, asegurando haber hallado los clavos con los que se crucificó a Jesús.
En este sentido, un reciente estudio de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, respalda este teoría y asegura haber hallado dichos hierros con los que hace 2.000 años se crucificó a Jesús. La Universidad ha conseguido verificar que, efectivamente, los clavos tienen un total de 2.000 años de antigüedad, tal y como explica la revista 'Archaelogical Discovery'
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¿Y por qué defienden que estos son los clavos con los que se crucificó a Jesús? fueron hallados en la tumba del siglo I que pertenecía al sacerdote Caifás, que fue el encargado de entregar a Jesús a los romanos. No obstante, hay debate sobre estos hallazgos por que la Autoridad de Antigüedades de Israel sigue defendiendo que los clavos hallados no pertenecen a la cueva de la familia Caifás.