Las bolsas de todo el mundo palidecen frente a la variante Omicrón de la Covid-19: si ayer por la mañana ya abrían en rojo, cerraron a primera hora de la tarde con valores aún más bajos que los que tenían al despertarse. Los temores a una nueva crisis sanitaria como la vivida en marzo de 2020 han despertado, y si se termina confirmando que la vacuna no puede frenar a esta nueva cepa, es probable que hayamos vuelta a la posición de salida.
Ayer vivimos un Viernes Negro financiero: El Ibex 35 se dejó un 4,96%, la mayor caída desde junio de 2020, y ha perdido de forma definitiva el nivel de los 8.500 puntos para acabar en los 8.402. El turismo ha sido el sector más afectado: "el mercado español, que es de los pocos que no había recuperado los niveles previos a la pandemia, muestra la debilidad específica del sector colocado en el epicentro de la pandemia", ha explicado Javier Molina, portavoz de eToro en nuestro país, en una conversación recogida por El Mundo.
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El problema que tienen los inversores es el miedo al aumento de los contagios y a la posibilidad de nuevos confinamientos como el que está viviendo Austria en estos momentos; Portugal ya ha adelantado que después de Navidad encerrará durante una semana a sus ciudadanos para frenar la transmisión, una medida un tanto polémica dado que aún queda más de un mes para esa fecha.