Miles de libaneses salieron ayer a las calles de Beirut para protestar por la terrible explosión que sucedió esta misma semana, y que ya ha dejado más de 150 muertos, unos 5.000 heridos y hasta unas 60 personas desaparecidas. Las protestas tienen como fin reprochar al Gobierno que no se hayan ofrecido respuestas convincentes sobre el suceso.
La ciudad ha quedado muy dañada por la ezplosión, y en total hasta unas 300.000 personas se habrían quedado sin casa. De momento, las autoridades apuntan a un cargamento de nitrato de sodio, pero no hay mucho más sobre el origen del estallido. Los manifestantes tomaron ayer sobre las 8 de la tarde el Ministerios de Asuntos Exteriores en Beirut.
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La respuesta del Gobierno ha sido sacar el ejército a la calle, lo que acabó dispersando a los manifestantes. De momento, ya se contabilizan uno109 heridos por las protestas, 22 de ellos hospitalizados.