Al Liverpool le sale todo. El conjunto de Klopp repleto de suplentes y canteranos, doblegó a un Everton con todas sus estrellas. La diferencia la marcó un golazo de Curtis Jones en la segunda mitad, que dejó a Klopp encantado y al Everton hundido: los ‘toffees’ no ganan en Anfield desde 1999, y no pudieron ni contra los reservas del Liverpool.
Mucho que agradecer por el resultado puede hacerlo al Liverpool a Adrián. El meta suplente entró en el once para dar descanso a Alisson, y acabó salvando la papeleta de los ‘reds’. Evitó hasta en tres ocasiones en la primera mitad que el Everton se adelantara en Anfield con ocasiones para Calvert-Lewin, Holgate y Richarlison.
Klopp alineó a cinco canteranos en el once, que acabaron siendo seis tras la lesión de Milner en el minuto nueve. Debutó el japonés Minamino, fichaje de invierno, sin mucho acierto. Ancelotti, en cambio, no reservó nada con la intención de sacar un triunfo de los que diera moral. Ni así.
Tras un inicio nervioso, los jóvenes ‘reds’ se fueron asentando en el partido y llegaron a rozar el gol antes del descanso. Filtró un balón Elliott, y Origi se sacó un tiro cruzado que sólo la yema de los dedos de Pickford salvó.
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En la segunda mitad fue el Liverpool quien llevó el peso del partido, y el que acabó encontrando el premio. Fue en una genialidad de Curtis Jones, uno de sus canteranos más prometedores, que se inventó una rosca desde la frontal que limpió la escuadra de Pickford. Se rió Klopp en la banda, incrédulo, pero a este Liverpool todo le va de cara. Los ‘reds’ hunden aún más la moral de sus vecinos y estarán en dieciseisavos de la FA Cup.