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Pedro arrasa y el Chelsea se echa a dormir

Los 'blues' encarrilaron la eliminatoria con media hora inicial prodigiosa

Dos golazos de Sevcik permitieron al Slavia soñar con una utópica remontada

Jonathan Moreno

El Chelsea en Europa es otro. A eso se aferra Maurizio Sarri para conservar su trabajo en Stamford Bridge la próxima temporada. El título continental se ha convertido en el objetivo número uno de los 'blues'. Y se lo están tomando al pie de la letra. Espera ya el Eintracht de Frankfurt.

Ni media hora necesitaron los del sudoeste londinense para aplastar al Slavia de Praga. Pedro recordó al de los viejos tiempos. Preciso en el pase, letal en la definición. Partiendo desde la derecha, el tinerfeño combinó con Azpilicueta, lujo de tacón incluido, y Giroud para superar a Kolar con una sutil 'picadita'. El arquero checo desvió, pero no lo suficiente para impedir la afrenta del gol.

El plan de Trpisovsky se desmoronó como un castillo de naipes. El técnico optó por una defensa de tres y poblar el centro del campo. Tierra abonada para el Chelsea, que transformó cada llegada en alegría. Deli batió a su propio portero en un desafortunado rebote tras un mal remate de Pedro en el segundo palo. 

Kanté, titular en detrimento de Jorginho, se guisó y se comió el centro del campo, ofreciendo un recital de recursos. El francés no es sólo un perro de presa. También sabe enfundarse el traje de fino estilista. Un pase en profundidad suyo habilitó a Pedro y el canario, generoso, regaló el gol a Olivier Giroud. Décimo tanto para el galo en la Europa League. 

Antes de que el ex del Barça hiciera el cuarto del Chelsea tras un serie de rechaces en el área, Soucek cabeceó al fondo de las mallas un córner quirúrgicamente servido por Sevcik.

Reacción checa

 

De perdidos, al Támesis debió pensar el Slavia. Dos trallazos de Sevcik, uno con cada pierna, metieron en un apuro a los británicos tras el receso. El colchón se desinflaba y la 'pájara' era generalizada. El cuadro bohemio bailó a los 'blues' en el segundo tiempo para regocijo de su afición, que coreaba con 'olés' la exhibición de los suyos. El Chelsea, sin embargo, sacó su orgullo y experiencia para anestesiar un encuentro con dos caras.