El pasado 31 de mayo el Sevilla conquistaba su séptima Europa league imponiéndose a la Roma en la tanda de penaltis (4-1 para lose sevillistas ) después de que el partido finalizara con empate a uno y casi 150 minutos de juego.
Así consta ya en todos los registros oficiales. Pero José Mourinho, el entrenador del equipo romano, mantiene lo contrario, como ya expresó en su momento y como volvió a reiterar en una de sus últimas conferencias de prensa, en la que sostuvo el mismo argumento de hace cuatro meses: "Sigo y seguiré diciendo hasta el último día de mi carrera que no perdimos la final de Budapest contra el
Sevilla FC".
Y algo de razón tiene el portugués, porque el tiempo reglamentario terminó con empate (1-1), pero no terminó ahí el encuentro, con su prórroga y penaltis, como es preceptivo para determinar al equipo ganador, unas reglas universales, homologadas y aceptadas, menos para Mou: "Cada vez que me hablen de esa final, seguiré diciendo que no la perdimos".
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El técnico de la Roma, que ante el Sevilla sufrió su primera derrota en una final de competición europea, sigue mostrando su enfado por el arbitraje en Budapest. Mourinho contaba sus cinco finales anteriores por victorias (dos con el Oporto, en UEFA y en Champions, otra Champions con el Inter de Milán, una Europa League con el Manchester United y una Conference League con la Roma), y parece que esa primera derrota sigue atravesada en la cabeza del portugués.