La final de las bengalas

Víctor Vallespir

Los 1.300 policías desplegados en el estadio de Lyon fueron insuficientes para evitar que los aficionados del Olympique de Marsella colaran sus bengalas en emplazamiento designado para la final de la Europa League. 

Los cacheos y la vigilancia en las inmediaciones del estadio parecían las suficientes como para evitar imágenes como las del Paris Saint-Germain-Real Madrid de los octavos de final de la Champions League. 

Pese a ello, parece que la entrada de artefactos de este tipo es aún una asignatura pendiente para la UEFA, que no ha conseguido evitar que los cientos de aficionados del Olympique de Marsella pudieran colar bengalas en el estadio de Lyon y provocaron una imagen impropia de un evento deportivo de estas características. 

La humareda provocada por esas bengalas provocó que se dificultara la visibilidad del partido, sobretodo en la primera parte del encuentro. De hecho, el árbitro Björn Kuipers tuvo que retrasar cinco minutos el inicio del encuentro por la falta de visión.  Por si fuera poco, incluso llegaron a caer bengalas al estadio cuando la pelota llegó a la portería defendida por Mandanda. 

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A parte de las bengalas, se pudieron oir petardos en la zona de la afición del Olympique de Marsella

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