La policía holandesa incautó bates, palos, puños americanos y otros objetos dentro de los autocares que transportaban a los ultras giallorossi más violentos. Los aficionados se presentaron a las afueras de Rotterdam, donde fueron retenidos por la policia y posteriormente cacheados. Los romanos denuncian "estuvimos durante dos horas bajo la lluvia, condiciones que no eran necesarias, fuimos maltratados"
La policía holandesa fue muy restrictiva y muy dura para evitar que los romanos se tomaran la justícia por su mano e intentaran provocar graves disturbios en la ciudad holandesa, como venganza y respuesta a lo sucedido en Roma.
La temperatura y la tensión empezó a subir después de una mañana relativamente tranquila, cuando comenzaron a llegar los primeros italianos. (está previsto que la representación de la Roma sea de unos 2.500 aficionados). De acuerdo con informes preliminares realizados por los hinchas romanos y diferentes comentarios que circulan a través de las redes sociales, los italianos denuncian el trato recibido por la policía, tachan la actitud de "violenta e incivilizada".
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Por su parte la fuentes vinculadas a la policía italiana dicen que las fuerzas de seguirad holandesas actuaron de un modo regultar tratándose de un partido declarado de alto riesgo y esperan que finalmente los 83 aficionados retenidos de la Roma puedan llegar a entrar al campo.